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La mitad de los españoles considera que la tecnología combate la soledad no deseada

Momento de la presentación del estudio

Según un estudio de SoledadES, el observatorio impulsado por Fundación ONCE en colaboración con otras entidades para abordar el problema de la soledad no deseada

El 50,1% de los españoles considera que la tecnología combate la soledad no deseada, una afirmación que no comparte el 30,1% y sobre la que no tiene opinión el 19,8% restante de la población, según evidencia un estudio presentado este lunes en Madrid y realizado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, SoledadES, impulsado por Fundación ONCE y con la colaboración de Nextdoor.

El trabajo parte del hecho de que casi la totalidad de la población entre 16 y 54 años utiliza Internet diariamente, cifra que alcanza los dos tercios entre las personas de entre 65 y 74 años.

Desde esta perspectiva, señala también que la opinión de que la tecnología es una buena aliada para generar compañía es más favorable a medida que aumenta la edad de la población y en el caso de la ciudadanía con discapacidad, donde el porcentaje llega al 55,3%, frente al 49,6% de la población sin discapacidad.

Concluye que “la tecnología puede ser -y es- una herramienta de conexión social efectiva en el marco de los esfuerzos para prevenir y disminuir la experiencia de soledad”, pero advierte de que su uso no debe concebirse como una solución por sí sola.

Titulado ‘La tecnología como herramienta de conexión social’, el informe se dio a conocer este lunes en Madrid, en un acto que contó con la presencia de José Luis Escrivá, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública en España; Miguel Carballeda, presidente del Grupo Social ONCE;  Juan Miguel Márquez, subdirector del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad; Matilde Fernández, presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, y Joy González, consultora de Fresno, the right link y directora del estudio.

El trabajo trata de arrojar luz sobre las posibles soluciones o herramientas útiles para mitigar este problema social que, según ‘El coste de la soledad no deseada en España’ (SoledadES, Fundación ONCE y Nextdoor, 2023), ocasiona un gasto total superior a los 14.100 millones de euros y una pérdida anual del 2,79% del total de años de vida de buena salud de la población española.

El mismo informe apuntaba que el 79,1% de las causas de la soledad son externas y tienen que ver con aspectos tales como falta de convivencia o de apoyo familiar o social (57,3%).

Teniendo en cuenta este escenario, SoledadES ha impulsado el estudio presentado este lunes en Madrid, que se pregunta qué puede hacer la tecnología para disminuir el coste social de la soledad.

Para responder a esta cuestión, el observatorio ha utilizado una metodología de enfoque mixto que combina técnicas cualitativas y cuantitativas de recolección y análisis de la información. Concretamente, se ha servido de tres herramientas de investigación: 10 estudios de caso que analizan en profundidad otras tantas herramientas tecnológicas a través de las técnicas cualitativas de entrevistas semiestructuradas con usuarios, entrevistas abiertas con representantes de las tecnologías o especialistas y revisión documental de fuentes secundarias; nueve entrevistas con expertos en diferentes tipos de tecnología, y una encuesta a población general a través de entrevistas telefónicas a un total de 2.900 personas de 18 años o más residentes en España.

EL TRABAJO

Con todo este material, los autores concluyen que el 50,1% de la población española está muy o bastante de acuerdo con la afirmación de que la tecnología sí es una herramienta que facilita la compañía, lo que los lleva a preguntarse por qué no opina lo mismo el resto. La respuesta que obtienen es que las aplicaciones que busquen reducir la soledad han de ser accesibles, fáciles de usar y velar por la privacidad de sus usuarios.

Una vez respondida la pregunta de si la tecnología ayuda o no a mejorar el aislamiento involuntario, el trabajo trata de averiguar por qué lo hace en los casos que lo consigue.

A este respecto, la mayoría de las personas preguntadas señalan estar muy o bastante de acuerdo con que obtener información acerca del entorno (82,4%), conectar con servicios locales que ofrezcan ayuda (87,6%) y con otras personas del entorno en el que se vive (78%) son los principales motivos por los que las herramientas tecnológicas pueden reducir la soledad.

Las personas entrevistadas piensan que las aplicaciones destinadas a facilitar la conexión humana son las más útiles para reducir el aislamiento involuntario, en contraste con las basadas en la comunicación humano-máquina.

Tecnologías de lucha contra la soledad no deseada

Tras analizar la opinión de la población sobre las tecnologías y la soledad no deseada, el informe, realizado por la consultora Fresno, the right link, pasa a estudiar distintos tipos de herramientas tecnológicas para luchar contra el aislamiento involuntario que agrupa en cuatro categorías:  para conectar en entornos abiertos, de proximidad social en entornos reducidos, aplicadas a los cuidados y desarrolladas específicamente para combatir la soledad no deseada.

Las tecnologías para conectar en entornos abiertos son las que permiten contactar con otras personas sin importar el lugar donde estén. En concreto, el trabajo ha analizado WhatsApp, Alexa y ChaTEA. Sus autores afirman que “son herramientas de uso relativamente fácil”, por lo que ofrecen la posibilidad de que las estrategias contra la soledad mediadas por la tecnología lleguen a segmentos de población con bajas capacidades digitales o barreras de acceso. Además, son capaces de generar sensación de compañía, potenciar la autonomía, reducir paulatinamente el aislamiento social y aumentar el contacto con personas allegadas.

En cuanto a las aplicaciones de proximidad social en entornos reducidos (las que permiten a las personas de una misma ubicación geográfica conectarse y colaborar entre sí), el informe ha analizado Nextdoor, Strava y MeetUp. Concluye queson especialmente útiles” para quienes tienen dificultades de cualquier tipo para establecer relaciones, favorecen los efectos positivos de la socialización en grupo y crean y fortalecen comunidades locales.

Las tecnologías aplicadas a los cuidados son las relacionadas por ejemplo con la teleasistencia y en este estudio se han analizado ARI, un modelo de robot social; el robot Copito, un robot social para convivir y relacionarse con seres humanos, y Beprevent, herramienta que se enmarca en el contexto del internet de las cosas y la vida cotidiana diseñada para mantener la autonomía de las personas. Todas ellas, sostiene el trabajo, “se han mostrado capaces de apoyar e incidir sobre la soledad” al ofrecer entretenimiento, conexión y comunicación, sensación de compañía, estimular la sociabilidad y aumentar la autoestima, entre otras posibilidades.

Por último, las tecnologías desarrolladas específicamente para combatir la soledad no deseada analizadas en este informe son Replika, una inteligencia artificial conversacional específicamente orientada para reducir la soledad al generar una sensación de cercanía; Rendever, herramienta que ofrece un servicio de experiencias de realidad virtual para personas mayores con el fin de promover la socialización y reducir la soledad, y Vincles BCN, plataforma para la interacción social de personas mayores impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona que permite a sus usuarios comunicarse e interactuar con su red personal, familia y amigos. Según los autores del trabajo, este tipo de herramientas fomentan el aprendizaje de la gestión emocional.

Hallazgos

Finalmente, ‘La tecnología como herramienta de conexión social’ ofrece una serie de hallazgos y orientaciones sobre el papel que pueden y deben tomar las políticas públicas en relación con el rol que tiene la tecnología sobre la soledad no deseada, así como un decálogo de características tecnológicas contra la soledad.

Entre las recomendaciones sobre las políticas públicas, los autores dicen a las autoridades pertinentes que los asistentes virtuales pueden apoyar las políticas de desinstitucionalización de los cuidados de las personas mayores y/o con dependencia, que la tecnología, siempre adaptada a las necesidades de sus potenciales usuarios y bien utilizada, es capaz de acercar a la ciudadanía servicios públicos contra el aislamiento involuntario, por lo que deben impulsar la reducción de la brecha digital y promover un buen uso de lo tecnológico. Además, la tecnología puede servir para identificar y anticipar situaciones de soledad, actuar de modo preventivo y favorecer también respuestas más personalizadas y efectivas desde las políticas.

En cuanto al decálogo de características tecnológicas contra la soledad, el informe alude a la necesidad de que las tecnologías destinadas a este fin faciliten la conexión con otras personas, activen la dinamización del entorno cercano, ayuden a consolidar comunidades seguras, cuenten con interfaces verbales e intuitivas y simulen interacción humana y cercana. Del mismo modo, abogan por que sean asequibles e inclusivas, se desarrollen de forma participativa, proporcionen acompañamiento y fomenten la autonomía.